Por eso hoy os voy a hablar de una joya que me regalaron en la Quesera de La Vera (Cáceres) el pasado diciembre en la Feria Regional del Queso de Cabra de Candeleda.
Como ya os conté, Maxi me enseñó su casa de arriba a abajo. Tienen unas instalaciones muy preparadas, muy limpias y producen queso todo el año.
Cuando cogí el queso me dijeron "le quedan 10 días", y 10 días esperé:
Entonces me encontré con un queso que era pura leche de cabra y por supuesto ese recuerdo herbáceo que tanto me gusta. Al Partocho le ponen el adjetivo de Cremoso de Cabra, está claro que pasta dura no es, pero ya sabéis que con el permiso del maestro quesero, a esta textura la catalogo de semi blando, es decir, cremoso cortable con cuchillo.
Bueno que me lío, a lo que iba es que 10 días después tenia una textura extraordinaria, había una ligera presencia de ojos en su pasta de leche pasteurizada, su penicillium camemberti, una de las curiosidades del queso en cuestión estaba fresco, vivo y con esa humedad que le aporta al aroma y al sabor. Peeero...
Como me gusta hacer experimentos y cosillas dejé una pequeña porción envuelta en film transparente unas semanas para que evolucionase, y ¡señoras y señores! de esta pieza nace ahora un potente olor animal que no es desagradable y entre su carne y su piel habita una crema líquida de queso fabulosa, fascinante y adictiva.
En su punto óptimo de maduración un blanco ácido, y una vez evolucionado cerveza por el amor de Dios, Cerveza!
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EL QUESO NUNCA CADUCA, SÓLO SE TRANSFORMA
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